sábado, 7 de diciembre de 2019

Bordado de poemas/ Una casa de Palabras/ICSYH-BUAP/Alas y Raíces

Foto-Recuerdo del taller de Bordado de poemas/lectobordado; Tegus con Pepe Puntadas.

Esta tarde, Aby, Lalo y Pepe, se juntaron junto conmigo y Pepe Puntadas, para leer y bordar un poema sobre el cosmos. Leímos, "La noche cósmica" de Héctor Hernández, en Una casa de Palabras, la sala de lectura de la Casa del Libro "Gilberto Bosques" del ICSYH-BUAP, en torno a la Fiesta de la Lectura y de la Ciencia. 

Siendo la primera vez que unimos ideas: cartón y bordado, los poemas comenzaron a sucederse junto con los mapas y las banderas. Las ideas brotaron después que los versos reverberaron en la sala. Niños, jóvenes, adultos y juguetes, convivimos entre madejas de hilos de colores, tejimos con nuestra voz también un mapa donde el llanto llegó, pero también después la esperanza. Pepe, experto bordador de imágenes e historias, nos habló de Santa Catalina, cómo se encomendó a ella, santa de las bordadoras desde la Nueva España, para que los hilos, en los primeros experimentos con el cartón no se rompieran. El cartón resultó ser un gran aliado del bordado y nos permitió bordar imágenes del cielo, con uno, dos, tres y hasta cuatro colores. 

Aquí, los hombres también bordan, también los jóvenes y los niños. Aquí bordamos y leemos poemas por igual, todos podemos hacerlo. Bordamos constelaciones y cometas, niños cometas paseando cometas en el universo. Hubo lágrimas, como la luna menguante en la noche, pero también hubo abrazos. Nos escuchamos y volvimos a mirar con otros ojos a quienes teníamos junto. Hablamos con la mirada, brillamos esta tarde a través de un poema al que también abrazamos. Estamos felices de saber las posibilidades que arroja la lectura y el libro, el tiempo que se alarga cuando sonreímos y estamos juntos, en un espacio seguro donde podemos decir y escuchar. Pausada y musicalmente, siguiendo un ritmo que nos dicta nuestra respiración y nuestros sentimientos.

Muchas gracias a todos, por esta tarde de luces en los ojos y un vaivén de colores que iba y venia entre nuestros dedos creando imágenes multicolores: estrellas, constelaciones, astros y hasta un extraterrestre. Nos vemos el próximo año, querida Casa de Palabras. 

Atte Tegus, el Toro poético imaginario.

































































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