martes, 27 de agosto de 2019

Ciudad Mural, Puebla/ Ruy Belo





Taller de libro Cartonero en La Resurrección 20/Agosto/2019 Ruy Belo, Pájaros y Árboles

Taller de libro Cartonero en San Andrés Azumiatla 27/agosto/2019


Hace exactamente un año, Emma, Tegus y Abi, tomaron unas clases del diplomado de literatura europea contemporánea, para nuestra sorpresa, en una de las sesiones de poesía dedicadas a Portugal, conocimos a un autor tan potente y luminoso, que nos estuvo rondando la cabeza durante mucho tiempo: Ruy Belo. A finales de año, pudimos asistir a la FIL Guadalajara, en el encuentro de promotores de lectura 2018, donde el país invitado ¡Fue Portugal! Así que adquirimos algunas versiones bilingües de sus poemarios. Después de eso, dos poemas que por cierto, no venían en ambos poemarios, nos rondaron la cabeza, Árvores e Pássaros y Oh as casas as casas as casas. Al no tenerlos en papel, decidimos editarlos. 

Y es que no había mejor pretexto; la primera comunidad a la que asistimos, fue La Resurrección, donde leímos Árboles y Pájaros, bajo las faldas y la sombra de una enorme montaña, Matlalcueye/Malinche. Gerardo, uno de los niños, en la relectura de poema, emitió un segundo poema diciendo que los árboles, parece que tienen una boca y que su canto llega hasta la montaña. Dibujamos frutas en forma de pájaros, uvas con pico y plátanos con alas.... árboles que se hacen gordos de albergar tantos y tantos pájaros, frutas fosforescentes, árboles que amamos, mangos, fresas, aguacates, granadas, ¿La milpa cuenta como árbol? varios preguntaron, ¡Claro que cuenta! y también canta. Resultaron libros hermosos, coloridos, llenos de imágenes y de reinterpretaciones. Instantáneamente los niños se identificaron con el poeta niño, traductor, puesto que algunos de ellos, ya también son traductores del náhuatl al español. Camilo y Fernando nos contaron que en Colombia, el país donde nacieron, no hay otoño, entonces los niños les explicaron en las ilustraciones de los libros, que en esta parte del mundo, las estaciones marcan el tiempo y se repiten y las hojas rojas caen y crujen bajo los pies. Cómo no identificarse con un poeta que también jugó a colgarse de los árboles, que también se trepó en ellos, que amó a la naturaleza y a las aves y escribió libros de ellos.

De la segunda comunidad regresamos hace unas horas, San Andrés Azumiatla, es un pueblo reconocido en Puebla y México por sus constructores y maestros albañiles, que han participado en muchas obras en todo el país. Una de las obsesiones de Ruy Belo- y así se llama uno de sus poemarios- es el problema de la habitación. Elegimos Oh as casas as casas as casas, para saber, qué piensan en un pueblo de alarifes sobre un poema dedicado a ellos. Lucero nos había contado que era día de mercado, parecía un día destinado a la fiesta, el taller fue bajo un domo donde resonaban los poemas y los versos y la risa. Tuvimos una gran convocatoria de niños, mamás, habitantes de la comunidad y también de algunos gestores que re interpretaron el poema a través de sus ojos, de sus manos y su corazón. A través de sonrisas y dos horas de hablar y pensar en torno a la casa, recordamos las casas efímeras que construimos cuando niños, hechas con bolsas de basura naylon, palos de escoba, sillones, sillas, sábanas. El sufrimiento de las casas cuando envejecen y se agrietan, cuando nacen y de la obra surgen las vigas, los blocs el adobe o los ladrillos. Las casas respiran, exhalan, sienten calor y tienen frío, se enferman, se ponen tristes, guardan todo lo que amamos y nos cuidan a nosotros. ¿Qué sería de nosotros sin las casas?

Fueron sesiones entrañables, sobre todo en la Resurrección, porque volvimos a estar con Emma, con quien iniciamos Tegus hace casi diez años, dentro del mismo proyecto: Puebla Ciudad Mural en Xanenetla, sólo que hoy en otras sedes con otras voces, otras sonrisas, otros poemas.

Hoy, más que nunca, seguimos creyendo en la poesía.



Tegus, El Toro Poético Imaginario. 
Aquí las fotos: